March 13, 2025

La extraordinaria vida y trágica muerte de Evangelina Rodríguez - Capítulo uno: La Doctora

Nacida en la pobreza y abandonada por sus padres, Evangelina Rodríguez Perozo logra pasar de una vida vendiendo dulces en la calle a convertirse en la primera médica de la República Dominicana en 1911.
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Episode Description

A finales de la década de 1890, Andrea Evangelina Rodríguez Perozo era una de las tantas niñas pobres luchando por sobrevivir en la ciudad de San Pedro de Macorís, en la República Dominicana. Su vida dio un giro extraordinario cuando dos hermanos, poetas y escritores, llegaron de la capital. Notaron algo especial en la joven, quien vivía cerca.

Con su ayuda, Evangelina fue a la escuela y, contra todo pronóstico, decidió ser médica. Fue la primera mujer en estudiar en una escuela de medicina en la República Dominicana y, cuando se graduó en 1911, se convirtió en la primera doctora del país. Pero justo cuando estaba a punto de empezar su carrera, una tragedia inesperada cambiaría el curso de su vida.

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Evangelina Rodríguez Perozo.
San Pedro de Macoris
Calle Independencia, San Pedro de Macoris.
Santo Domingo, 1909
Facultad de Ciencias Médicas, actual Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), 1930.
Gastón Deligne.
Photo credit: Alah-Music
Vista de Santo Domingo desde el puerto, 1911.
Vista aérea de Santo Domingo, 1911.
Presentadora
Laura Gómez

Laura Gómez es una actriz mayormente conocida por su papel de Blanca Flores en la exitosa serie de Netflix “Orange Is the New Black”. Más recientemente ha destacado el cine español con “Upon Entry,” y “Mariposas Negras”, ambas nominadas a los Premios Goya, así como la película mexicana “La Cocina,” protagonizada por Rooney Mara. Laura ha protagonizado, escrito y dirigido varios cortometrajes y es además una consumada podcastera, habiendo narrado el aclamado podcast “Corinna y el Rey” en España, y actuando como anfitriona y productora de su propio podcast, “Baraja Eso”.

Productora:
Lorena Galliot

Lorena es una periodista y productora franco-venezolana-estadounidense. Se une a Lost Women of Science desde la productora de audio Adonde Media. Sus proyectos se han transmitido en Netflix, ABC News, National Geographic y Showtime.

Productora principal:
Samia Bouzid

El trabajo de Samia abarca una variedad de temas, incluyendo la ciencia, el lenguaje y la cultura. Ha contribuido a programas como los podcasts de Duolingo, Short Cuts de la BBC y 100 Latina Birthdays de LWC Studios.

Presentadora
Laura Gómez

Laura Gómez es una actriz mayormente conocida por su papel de Blanca Flores en la exitosa serie de Netflix “Orange Is the New Black”. Más recientemente ha destacado el cine español con “Upon Entry,” y “Mariposas Negras”, ambas nominadas a los Premios Goya, así como la película mexicana “La Cocina,” protagonizada por Rooney Mara. Laura ha protagonizado, escrito y dirigido varios cortometrajes y es además una consumada podcastera, habiendo narrado el aclamado podcast “Corinna y el Rey” en España, y actuando como anfitriona y productora de su propio podcast, “Baraja Eso”.

Productora:
Lorena Galliot

Lorena es una periodista y productora franco-venezolana-estadounidense. Se une a Lost Women of Science desde la productora de audio Adonde Media. Sus proyectos se han transmitido en Netflix, ABC News, National Geographic y Showtime.

Productora principal:
Samia Bouzid

El trabajo de Samia abarca una variedad de temas, incluyendo la ciencia, el lenguaje y la cultura. Ha contribuido a programas como los podcasts de Duolingo, Short Cuts de la BBC y 100 Latina Birthdays de LWC Studios.

Art:
Nathaly Lerma
Diseño Artístico:
Lily Whear
Guests:
April Mayes

April Mayes es decana y profesora de historia afrolatinoamericana, Pomona College.

Mercedes Fernández Asenjo

Mercedes Fernández Asenjo, PhD  es doctora en literatura hispánica / profesora de lenguas extranjeras, Universidad Católica de América.

Claudia Scharf

Claudia Scharf es pediatra y profesora de medicina, Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña.

Art:
Nathaly Lerma
Diseño Artístico:
Lily Whear
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Further Reading:

Despreciada en la Vida y Olvidada en la Muerte: Biografía de Evangelina Rodríguez, la Primera Médica Dominicana, by Antonio Zaglul, Editora Taller, 1980.

Motherhood by Choice: Pioneers in Women’s Health and Family Planning, by Perdita Huston, The Feminist Press at The City University of New York, 1992.

Granos de Polen, by Evangelina Rodríguez Perozo, 1915.

The Mulatto Republic: Class, Race, and Dominican National Identity, by April J. Mayes, University Press of Florida, 2014.

Episode Transcript

La extraordinaria vida y trágica muerte de Evangelina Rodríguez - Capítulo Uno: La Doctora

Laura Gómez: Imagina esto. Estamos a principios del siglo veinte, en un pequeño pueblo en la costa sureste de la República Dominicana. Campos de caña de azúcar rodean un grupo de chozas rectangulares con techos de hojas de palma. Más allá de ellas, las aguas turquesas del Caribe se extienden hasta donde alcanza la vista.

En una de las chozas, una niña yace en un colchón, lánguida por la fiebre y el dolor. Mandan a buscar a un médico.

Poco después, una mujer de piel oscura y cabello fuertemente trenzado llega hasta la puerta. Viste ropa sencilla y zapatos de hombre. El padre de la niña enferma está confundido. “¿Quién es?”, pregunta. “¿Es una enfermera?”

Para su asombro, la mujer responde: “No. Soy la doctora”.

La mujer es Andrea Evangelina Rodríguez Perozo — Evangelina, para abreviar. Es la primera mujer dominicana en graduarse de la escuela de medicina. La primera doctora de la isla.

Mercedes Fernández Asenjo: Fue un evento único para la época que una mujer como ella consiguiera el título de doctora. O sea, yo lo veo como una cosa realmente increíble.

Claudia Scharf: Yo pienso que Evangelina es un gran ejemplo de trascendencia en lo que es el ámbito de la medicina.

Laura Gómez: Esto es Lost Women of Science, Mujeres desconocidas de la ciencia, donde contamos las historias de mujeres pioneras que nunca recibieron el reconocimiento que merecen... hasta ahora. Yo soy Laura Gómez.

Crecí en la República Dominicana, pero hasta hace poco nunca había oído hablar de Evangelina Rodríguez Perozo. Cuando escuché sobre ella y sus méritos por primera vez, inmediatamente quise saber más. ¿Cómo esta mujer nacida en la pobreza en el campo dominicano llegó a convertirse, no solo en la primera doctora dominicana, sino una de las más innovadoras de su tiempo? ¿Y por qué no conocía su nombre?

En esta serie de cinco partes, exploraremos la vida de la Dra. Andrea Evangelina Rodríguez Perozo. Escucharemos cómo viajó hasta París para aprender los últimos avances médicos y cómo, más tarde, se encontró en curso de colisión con el nuevo dictador de su país, Rafael Leonidas Trujillo, cuyo régimen hizo todo lo posible por borrar su legado. 

Pero hoy, con la ayuda de historiadores y otras personas que durante años han trabajado para reconstruir la vida de Evangelina, finalmente podemos contar su historia.

Este es el Episodio 1: La Doctora.

Nuestra historia comienza a mediados de la década de 1880, en la costa sureste de la República Dominicana, en una ciudad en crecimiento llamada San Pedro de Macorís. Carretas tiradas por caballos resuenan en las calles adoquinadas, alineadas con puestos de comida y vendedores ambulantes. Hace calor y humedad, y las calles zumban con conversaciones en español, inglés, creole y francés.

Una floreciente industria azucarera ha atraído migrantes de todo el Caribe y más allá, en busca de oportunidades. Entre ellos, hay una anciana de pie en la calle vendiendo gofio casero, un dulce dominicano hecho de harina de maíz y azúcar. Y junto a ella, luciendo tímida, está una niña de piel oscura de unos seis o siete años: Evangelina Rodríguez.

Como muchas personas a su alrededor, Evangelina y su abuela son nuevas en esta ciudad, tratando de encontrar su suerte en un lugar lleno de posibilidades.

April Mayes (Doblaje): Ella habría crecido en un entorno que se estaba consolidando. Literalmente, el concreto comenzaba a llegar y las calles estaban siendo pavimentadas. 

Laura Gómez: Ella es April Mayes, Decana Asociada del Pomona College en California y profesora de historia afro-latinoamericana.

Pero a pesar de todo el ajetreo y bullicio, para personas como Evangelina y su abuela, las perspectivas eran escasas.

Para la década de 1880, la República Dominicana era todavía una nación joven. Se había independizado de España en 1865, y cientos de años de esclavitud habían terminado apenas cuatro décadas atrás. La sociedad dominicana seguía profundamente dividida por clase y raza.

April Mayes (Doblaje):  Eso realmente decidía tu destino hasta cierto punto, porque si tu familia tenía acceso a la riqueza, a la tierra y a la educación, tus posibilidades eran buenas. Pero ser pobre, de piel más oscura, y no tener tierras ni riqueza generacional realmente importaba. Y Evangelina cae en esa categoría.

Laura Gómez: Evangelina nació en 1879 en Higüey, un pueblo rural a unos 60 kilómetros al noreste de San Pedro de Macorís. Y desde el primer día, tuvo mucho en su contra. Además de ser pobre, mujer, y de piel oscura, había nacido fuera del matrimonio.

Mercedes Fernández Asenjo: Ella fue la hija ilegítima de una mujer que se llamaba Felipa Perozo y Ramón Rodríguez, que era un oficial del ejército de Pedro Santana.

Laura Gómez: Ella es Mercedes Fernández, profesora asistente de la Universidad Católica de América, cuya investigación se centra en la literatura hispana.

Mercedes Fernández Asenjo: El papá la abandonó cuando ella era pequeña. Y la mamá no se ocupó de ella nunca.

Laura Gómez: Abandonada primero por su madre y luego por su padre, Evangelina quedó al cuidado de su abuela paterna. Y cuando Evangelina era joven, se mudaron a San Pedro de Macorís en busca de un mejor futuro.

Pero después de años vendiendo gofio en las calles, nunca parecía que progresaran. Ganaban lo justo para alimentarse y mantener un techo sobre sus cabezas. En ese momento, el futuro de Evangelina parecía estar escrito.

Mercedes Fernández Asenjo: Las expectativas sociales eran que, como tal, ella tendría que convertirse en sirvienta o buscarse un esposo.

Laura Gómez: De cualquier manera, estaba destinada a una vida llena de adversidades. Y Evangelina vio diferentes versiones de su futuro a su alrededor:

Niñas que trabajaban hasta el agotamiento en casas ajenas solo por un techo bajo el cual dormir.

Niñas que pasaban su vida vendiendo dulces en la calle.

Niñas, entre comillas, afortunadas de casarse… pero que luego luchaban para criar a sus muchos hijos en familias aplastadas por la pobreza, y a menudo, por la enfermedad.

Pero esta niña, entregando gofio a cambio de unas cuantas monedas, no seguiría ninguno de esos caminos.

Y es que, a principios de la década de 1890, cuando Evangelina tenía unos 12 años de edad, su pequeño mundo se abrió de repente. Todo empezó cuando dos hermanos de la capital, Santo Domingo, se mudaron a una casa calle abajo. Se llamaban Rafael y Gastón Deligne.

April Mayes (Doblaje): Ambos son poetas, ensayistas…

Laura Gómez: Esa es April Mayes nuevamente.

April Mayes (Doblaje): Son considerados como dos de los mayores logros culturales literarios de San Pedro, y desafortunadamente, ambos, en momentos ligeramente distintos, son atacados por la lepra.

Laura Gómez: La lepra es una enfermedad infecciosa crónica que afecta a la piel, los nervios, los ojos y las vías respiratorias superiores. Provoca lesiones cutáneas y entumecimiento que pueden conducir a la pérdida de extremidades, parálisis e incluso la muerte. Hoy en día, la lepra puede tratarse y curarse con antibióticos. Pero hasta principios de los años ochenta se consideraba incurable. Y en tiempos de Evangelina, contraer lepra a menudo te convertía en un marginado social. Aquí está Mercedes Fernández.

Mercedes Fernández Asenjo: Ser leproso era sinónimo de ser un apestado. La gente pensaba que la lepra se contagiaba simplemente por tocar.

Laura Gómez: Pero Evangelina no reaccionó como la mayoría de la gente. No evitó estar cerca de los hermanos ni tocarlos. De hecho, se ofreció a cuidar del más enfermo, Rafael. Empezó a visitarlo todos los días y a curarle las lesiones. Y con los años, a medida que perdía movilidad, empezó a ayudarle con tareas cotidianas como bañarse y vestirse.

Mercedes Fernández Asenjo: A mí me muestra un sentido de la compasión realmente increíble desde, o sea, desde edad temprana, que tú veas que hay una persona enferma y, o sea, me parece como ella ve esto como una vocación. Porque lo hace de manera altruista. Ella no recibe nunca un peso por ayudar a Rafael Deligne.

Laura Gómez: Rafael Deligne se convirtió en amigo y mentor de Evangelina. Le dio libros para leer, le enseñó poesía. Y poco a poco, en sus visitas diarias, Evangelina fue vislumbrando un mundo muy diferente del que siempre había conocido. Aquí está April Mayes.

April Mayes (Doblaje):  San Pedro se está convirtiendo en un espacio cultural. Había una gran variedad de grupos literarios, que organizaban concursos de poesía y de redacción y todo tipo de concursos. Y los Deligne están justo en el epicentro de todo esto.

Laura Gómez: La mayoría de las tardes, Rafael se sentaba bajo un árbol en su patio y recibía visitas de la floreciente élite intelectual de San Pedro. Y la mayoría de los días, la joven Evangelina también estaba allí. Aquí está Mercedes Fernández. 

Mercedes Fernández Asenjo: Los temas de conversación giraban en torno a la literatura y a la filosofía. Yo creo que Evangelina en esas charlas se quedaba como con la boca abierta, escuchando y maravillándose de todo lo que estas personas discutían en esos momentos. Y Evangelina empezó a beber de esa intelectualidad, y empezó a leer por su cuenta.

Laura Gómez: Rafael se dio cuenta de lo brillante que era Evangelina y vio en ella un futuro prometedor. Era inteligente, capaz, y una cuidadora con talento. Así que la animó a mirar más allá de sus perspectivas típicas. Pero lo cierto es que en aquel momento no había muchas opciones para las mujeres en la República Dominicana. Pero entonces, se produjo otro encuentro fortuito. Aquí está April Mayes. 

April Mayes (Doblaje): Es uno de esos momentos de la historia en los que uno dice: "Diablo, si alguien se hubiera quedado dormido ese día o algo no hubiera sucedido y hubiera doblado a la izquierda o a la derecha, esta sería una historia completamente diferente". Es esa relación la que sella el trato, en cierto modo.

Laura Gómez: Lo que pasó después, tras la pausa.

PAUSA

Laura Gómez: Cuando Evangelina era niña, a finales del siglo XIX, la mayoría de las escuelas estaban dirigidas por la Iglesia católica. Así que las niñas que iban a la escuela solían recibir una educación religiosa, que no las preparaba realmente para hacer algo más que ir a su hogar y ser amas de casa. Aquí está Mercedes Fernández.

Mercedes Fernández Asenjo: La idea era educar a las mujeres para que pudieran saber leer su libro de oraciones, o sea, es una educación muy pobre y es una educación que no les permite salir del ámbito del hogar.

Laura Gómez: Para alguien brillante como Evangelina, que se interesaba por cosas como la filosofía, la poesía y la ciencia, esa educación no le habría ofrecido gran cosa, aunque hubiese podido permitírsela.

Laura Gómez: Pero en aquella época se estaba imponiendo un nuevo tipo de sistema escolar. En 1880, un educador puertorriqueño llamado Eugenio María de Hostos creó la primera de las llamadas "escuelas normales" de la República Dominicana. Se trataba de escuelas laicas destinadas a formar a las futuras generaciones de maestros y educadores. Por primera vez, Hostos, propuso abrirlas también para las mujeres.  

April Mayes (Doblaje): Hostos comprendió que se necesitan mujeres para ayudar a construir la nación.

Laura Gómez: April Mayes nuevamente.

April Mayes (Doblaje): Y las mujeres se habían quedado tan atrás porque se les había negado la educación que Hostos dijo, bueno, tenemos que ponerlas al día porque no se puede tener un proyecto nacional que sólo incluya a una mitad de la humanidad, tiene que incluir a las mujeres.

Laura Gómez: Los dirigentes de la República Dominicana emprendieron una especie de "proyecto nacional" para reconstruir el país, que aún estaba saliendo de un largo periodo de disturbios y luchas por el poder. Después de haber sido colonizada primero por España, luego por el Haití francés y de nuevo por España hasta 1865, la República Dominicana se independizó definitivamente. Pero unas décadas después, el país seguía luchando por establecer un gobierno estable y pacífico. Aquí está Mercedes Fernández.

Mercedes Fernández Asenjo: Entonces, se ve a la mujer como un elemento pacificador. Y se considera que la mujer dentro de la casa tiene que educar a los hijos, y al educar a los hijos va conseguir pacificar a todos estos futuros ciudadanos.

Laura Gómez: La escuela de Hostos, conocida como el Instituto de Señoritas, se centraba en la enseñanza de materias como historia, filosofía y ciencias. Y la idea era que las mujeres que se graduaran no sólo formarían ciudadanas modelo, sino que también fundarían sus propias escuelas para educar a más mujeres. Así empezaron a surgir "escuelas normales" por todo el país.

Aunque estas escuelas seguían preparando a las mujeres para una vida tradicional en el hogar, la idea de establecer todo un sistema dedicado a la educación femenina era radical.

Un día, una de estas mujeres recién educadas encontró su camino en el círculo de los Deligne. Aquí está April Mayes.

April Mayes (Doblaje): Anacaona Moscoso formó parte de la primera generación de señoritas que se graduaron en el Instituto de Señoritas de Santo Domingo.)

Laura Gómez: Y no sólo eso, sino que Anacaona se trasladó a San Pedro de Macorís y fundó una nueva escuela secundaria para mujeres jóvenes. De modo que el día que se presentó en el patio de los Deligne para una visita, Gastón y Rafael reconocieron la oportunidad que esto representaba para Evangelina. Así que inmediatamente le presentaron a Anacaona.

April Mayes (Doblaje): Los hermanos Deligne, sus amigos, dijeron: "Esta es una persona en la que vemos potencial. Si consigues que reciba una educación, estará bien para toda la vida.

Laura Gómez: Evangelina, por supuesto, no podía costearlo. Pero ya no era sólo una chica pobre que vendía gofio por las calles, completamente invisible. Era amiga de los Deligne.

April Mayes (Doblaje): Para la gente que la vieron en la calle vendiendo dulces y la ignoraban, pasaban de largo– “Ah, pero ahora que está conectada con los Deligne, tiene que haber algo diferente en ella.

Laura Gómez: Y Anacaona debió pensar lo mismo, porque hizo todo lo posible para ayudar a Evangelina. Le consiguió un trabajo nocturno alfabetizando adultos para que pudiera pagarse los estudios, y eso le allanó el camino a la escuela.

En 1898, a los 19 años, Evangelina se convirtió en una de las cuatro jóvenes que ingresaron en la primera clase de la nueva escuela de Anacaona Moscoso.

Evangelina prosperó en el Instituto de Señoritas. Por primera vez tenía cierta estabilidad económica. Aprendía asignaturas como ciencias, matemáticas y francés y había estado estableciendo amistades con otras alumnas motivadas, inteligentes y de ideas afines, conocidas como "normalistas".

April Mayes (Doblaje): Y estos formaron parte de la primera generación de normalistas producidas en San Pedro de Macorís, que luego continuarían el trabajo.

Laura Gómez: El plan era que Evangelina y sus compañeras se convirtieran algún día en profesores de sus propias escuelas... y también que se casaran, tuvieran hijos y criaran ciudadanos buenos y morales. Pero Evangelina... bueno... ahora que había llegado hasta aquí, había puesto su mira aún más lejos. En algo que ninguna mujer en su isla había logrado antes.

Es difícil saber exactamente qué pasaba por su cabeza en aquella época. No hay entradas en su diario ni artículos de periódico que nos permitan hacernos una idea de su mentalidad. No sabemos si fue algo que decidió de repente o que había contemplado durante mucho tiempo. Lo único que sabemos es que, cuando terminó la enseñanza secundaria, anunció a sus compañeras que tenía intención de estudiar medicina.

Medicina.

Era un objetivo descabellado. Por un lado, la profesión médica apenas empezaba a emerger como campo formal en la República Dominicana. Sólo había una facultad de medicina, en Santo Domingo. Los pocos médicos profesionales de la isla habían estudiado en el extranjero, en lugares como París. Sin mencionar...

Claudia Scharf: En ese momento, en la época de Evangelina el ejercicio de la medicina estaba fundamentalmente limitado a los hombres.

Laura Gómez: Esa es Claudia Scharf, pediatra y profesora de medicina en Santo Domingo.

Claudia Scharf: Era difícil pensar que las mujeres pudieran participar del ejercicio médico, así no fuera simplemente como comadronas, o como parteras, o quizá como enfermeras.

Laura Gómez: Pero nada de esto pareció desanimar a Evangelina. Tal vez la impulsara su deseo de ayudar a los Deligne, o le afectará duramente la muerte de Rafael, ocurrida el mismo año en que terminó sus estudios. Tal vez la perseguían las historias de mujeres con las que creció, atrapadas en ciclos de enfermedad y penuria.

En cualquier caso, ahora, armada con una educación y un nuevo conocimiento de la ciencia, sabía lo que quería hacer. Mercedes Fernández nuevamente.

Mercedes Fernández Asenjo: Ella tiene mucha fe en la ciencia. Como buena normalista, ella piensa que la ciencia va a ser la solución de muchos de los problemas que existen a su alrededor. Entonces ya no se conforma únicamente con ser maestra. Ya quiere más.

Laura Gómez: Poco a poco, una red de benefactores movió hilos en favor de Evangelina. Algunos hablaron bien de ella a la universidad. Uno publicó un artículo de opinión en la prensa local a favor de que las mujeres pudieran matricularse en medicina.

Y así fue como, en 1903, ocurrió lo impensable: Evangelina Rodríguez Perozo, una joven de piel negra, criada en las calles, se convirtió en la primera mujer dominicana en matricularse en la Facultad de Medicina de la Universidad de Santo Domingo. Tenía 24 años.

Claudia Scharf: Tuvo vencer probablemente mucho rechazo. Hubo mucha, muchas personas en contra, no solamente por el hecho de ser mujer, sino por su origen humilde y por su condición racial.

Laura Gómez: Esa fue Claudia Scharf. Aquí está Mercedes Fernández.

Mercedes Fernández Asenjo: Y si pensamos cuál era su punto de partida; pobre, sin madre, sin padre, sin nadie. Entonces, ¿cómo se sentiría ella en ese momento? ¡Increíble! O sea, yo creo que ella ni tan siquiera se lo podía creer lo que había logrado ella solita.

Laura Gómez: Durante los cinco años siguientes, Evangelina asistió a la facultad de medicina junto a un grupo de hombres. Una vez más, fue una estudiante prometedora. Estudió anatomía, biología, química médica y mucho más. Parecía que por fin estaba en camino de poder ayudar a gente como los Deligne, y cómo la gente pobre con la que creció, que estaba constantemente acosada por enfermedades.

Y entonces, cerca del final de sus estudios, en 1907, la vida asestó a Evangelina un golpe devastador. Anacaona Moscoso, antigua profesora de Evangelina convertida en amiga y confidente, murió poco después de dar a luz a su tercer hijo.

April Mayes (Doblaje): Durante su último parto, los médicos le advirtieron que, si volvía a quedarse embarazada, podría no sobrevivir al embarazo.

Laura Gómez: April Mayes.

April Mayes (Doblaje): Y efectivamente, no lo hizo.

Laura Gómez: Evangelina estaba destrozada.

April Mayes (Doblaje): Evangelina adoraba a Anacaona. Y la frustración de no poder controlar su embarazo. Y que no pudieran hacer nada para salvarle la vida… fue devastador.

Laura Gómez: Y eso probablemente puso de relieve algo que había estado ausente en gran medida en la formación médica de Evangelina: la salud de las mujeres. En concreto: la salud de las mujeres embarazadas. A pesar de que el parto era uno de los mayores peligros para la vida de una mujer en aquella época, sus profesores no se centraban en ello en absoluto.

Tal vez se debiera a que la ginecología y la obstetricia seguían siendo una especialidad poco desarrollada en República Dominicana. Y quizás tampoco ayudaba el hecho de que todos los médicos fueran hombres… Pero Evangelina se empeñó cada vez más en aprender sobre la salud de la mujer. Aprender técnicas que le permitieran, como médico, salvar a mujeres en la situación de Anacaona.

April Mayes (Doblaje): Esto la impulsó... No creo que podamos hablar de ginecología y obstetricia y Evangelina sin esa pérdida.

Laura Gómez: El dólar consumía a Evangelina, pero sigo adelante con sus estudios. En 1911, a los 32 años, Evangelina defendió su tesis y obtuvo el título de médico. Ya entonces se dio cuenta de que necesitaba más conocimientos y habilidades para ayudar a las mujeres de su país. Y sabía que tendría que buscar esos conocimientos fuera. En aquellos días, cualquier médico en América Latina que quisiera obtener una especialidad soñaba con ir a un lugar: París, Francia. Mercedes Fernández nuevamente. 

Mercedes Fernández Asenjo: París, en aquella época, era la cuna de la medicina mundial. Si uno ve diferentes periódicos de la época, es muy curioso ver los títulos de los médicos, no, porque dice doctor en bla, bla licenciado de París. Todos ponen París, París, París, París, no. Entonces ella lo ve como, como una meta que tiene que lograr.

Laura Gómez: En el próximo episodio de esta serie: Cómo Evangelina consigue llegar a París, un objetivo tan ambicioso, que parecía una locura. A pesar de haber llegado tan lejos, las probabilidades seguían estando en su contra. Evangelina tuvo que reunir una enorme suma de dinero para su viaje trasatlántico, y eso fue solo el principio.

Cómo se enfrentó a esas adversidades... eso les contaremos la semana que viene.

Este episodio de Lost Women of Science, Mujeres Desconocidas de la Ciencia ha sido producido por Lorena Galliot, con la ayuda de nuestra productora asociada Natalia Sánchez Loayza. Samia Bouzid es nuestra productora senior y Deborah Unger, nuestra gerente de producción.

David De Luca fue nuestro ingeniero y diseñador de sonido. Lizzie Younan compuso toda nuestra música. Desirée Yépez nos ayudó a verificar los hechos.

Nuestras co-productoras ejecutivas son Amy Scharf y Katie Hafner. Gracias a Eowyn Burtner, nuestra directora de programa, y a Jeff Delviscio, de Scientific American, nuestro socio editorial. Nuestra becaria es Kimberly Mendez.

Lost Women of Science está financiado en parte por la Fundación Alfred P. Sloan y la Fundación Anne Wojcicki. Nos distribuye PRX.

Para ver las notas y la transcripción del episodio, visita lostwomenofscience.org, donde también puedes apoyar nuestro trabajo pulsando el botón de donaciones.

Gracias por escuchar y ¡hasta la próxima!

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